La Terapia Psicológica: Alcances y Limitaciones


Hoy en día, la palabra “terapia” está muy de moda. En horabuena cada vez tenemos más acceso a recursos que pueden colaborar con nuestro bienestar psicológico, físico y espiritual; aunque como contrapartida se empezó a generar mucha confusión (a veces de manera intencional) sobre los alcances y limitaciones entre las distintas prácticas, no quedando claro qué es un tratamiento o una terapia psicológica, y qué no lo es. En la actualidad existen terapias de todo tipo: terapias energéticas, alternativas, florales, motivacionales, o que están a cargo Coachs o Counselors. Incluso personas que hacen un curso de uno o dos meses se denominan "terapeutas".
Lamentablemente, así como se está logrando avanzar sobre una amplitud de visión en lo que respecta a tomar en cuenta al ser humano en todas sus dimensiones, al mismo tiempo éstas se entremezclan al punto de la total indiscriminación. No se trata aquí de hacer un análisis sobre qué tipo de terapia o herramienta es mejor o más efectiva (puesto que esto dependerá de cada persona y el momento en el que se encuentre) o definir quien puede denominarse terapeuta y quien no; sino de aclarar las diferencias existentes entre estos puntos, puesto que muchas terapias pueden ser complementarias aunque, sin duda, diferentes.
La palabra Psicología viene del termino “psiqué” que significa alma y “logos” que significa conocimiento o estudio. Es decir que es el conocimiento del alma humana. La Psicología trata de explicar en profundidad los procesos mentales, emocionales y las conductas del individuo, en relación a su contexto individual y social, basándose en el método científico para encontrar respuestas.
La Psicología es una profesión, una disciplina académica y una ciencia (perteneciente a las Ciencias Humanas), y para ser Psicólogo es necesario haber estudiado una carrera de grado de 5 años o más, con lo cual se accede a un título habilitante otorgado por una universidad, y a una matrícula profesional que es obligatoria para poder ejercer la práctica.
Los psicólogos, somos Profesionales en Salud Mental -como también así los Psiquiatras- y consecuentemente estamos habilitados por ley para diagnosticar y trabajar con sintomatología psicológica y emocional de toda índole e intensidad (angustia, ansiedad, estrés, fobias, obsesiones, etc), y también con trastornos mentales (depresión profunda, trastorno de ansiedad generalizado, trastorno de pánico, trastorno obsesivo compulsivo, etc), teniendo en cuenta que nuestra formación incluye, entre otras cosas, conocimientos sobre psicopatología y evaluación psicodiagnóstica. En este sentido, pueden recurrir a una consulta tanto aquellas personas que presenten cualquier tipo de malestar o dificultad menor en su vida, como personas con problemas de mayor complejidad.
La diferencia entre un Psicólogo y un Psiquiatra es que este último es un Médico especializado en la rama de la medicina que estudia el comportamiento bioquímico del cerebro, y puede aplicar un tratamiento farmacológico (medicación) para disolver el síntoma, aunque no la causa del mismo. Es importante tener en cuenta que con la medicación el síntoma puede mermar o incluso desaparecer, pero al discontinuarla el problema puede resurgir, ya que no se resolvió de raíz.
El Coach se describe como un “gestor de la felicidad”, siendo el coaching una herramienta psicológica que ayudaría a superar los elementos negativos de la vida con recursos que facilitan la comprensión de nuestros pensamientos y comportamiento, aunque de manera más superficial; y un Counselor o consultor psicológico estaría abocado al área preventiva, es decir que puede trabajar con una persona que esté en la etapa anterior de instalación del síntoma. Por tanto, un Coach o un Counselor podrán ser beneficiosos en áreas de desarrollo profesional o personal en las que una persona quiera mejorar, aunque no están habilitados a trabajar con sintomatología de ningún tipo. En este caso, se requerirá un Psicólogo quien podrá brindar una asistencia clínica sobre la estructura interna de la personalidad, implicando un trabajo de mayor profundidad para tratar el padecimiento.
Las terapias alternativas, también conocidas como holísticas, energéticas o vibracionales, parten del supuesto que a través de la correcta canalización de la energía del universo o la propia energía de la persona, se pueden lograr efectos beneficiosos en pos de su bienestar. Sin embargo, aquí es importante resaltar que ambos planos: energético y psicológico, son muy distintos. Desde el abordaje de este último, un profesional habilitado podrá realizar intervenciones con el fin de que el paciente logre, de manera consciente, modificar procesos internos mentales o emocionales. Esto favorecerá la construcción de diversas herramientas psicológicas que podrán aplicarse posteriormente a su vida cotidiana para resolver cuestiones concretas y prácticas. En este sentido, también aplica lo expuesto en el párrafo anterior.
Por último, puede observarse que en la actualidad se están brindando diversos cursos de psicología y de habilidades o herramientas psicológicas, que pueden aplicarse en distintos contextos y para distintos fines. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que un curso "no" nos hace Psicólogos y por ende, aquellas personas "no" están habilitadas para llevar adelante una terapia psicológica.
Es importante estar informados para evitar engaños y poder hacer valer nuestros derechos. Tené en cuenta que como paciente tenés derecho a exigirle al Psicólogo que te presente su título o matrícula profesional habilitante.